SLOW LIVING EN VERANO: 6 NO-PLANES PARA DESCANSAR DE VERDAD
El verano es una temporada que nos invita a abrazar la calidez del sol, la serenidad de las tardes y la tranquilidad que el ritmo pausado puede traer. En un mundo donde la velocidad y la agitación parecen ser la norma, el slow living emerge como un oasis de tranquilidad.
En este artículo del blog exploraremos como practicar el slow living durante el verano, descubriendo la importancia de abandonar las rutinas frenéticas y disfrutar de la alegría de vivir cada momento con plenitud.
El Desafío de Desacelerar
En nuestra sociedad moderna, el tiempo parece un recurso cada vez más escaso. La obsesión por la productividad y la multitarea nos empuja a correr de un compromiso a otro, dejándonos poco espacio para disfrutar de las cosas simples de la vida. Es en este contexto que el slow living cobra relevancia. Desacelerar no es solo un acto de descanso, sino un acto de resistencia contra la cultura de la prisa.
Precisamente en verano, cuando se supone que tenemos mas tiempo libre, los planes se nos acumulan y parece que tenemos que estar en mil sitios todo el rato. Decir que no a ciertas actividades, o asumir que no estamos desaprovechando nuestro merecido tiempo libre por el simple echo de no apuntarnos a todas las salidas que nos ofrezcan, es un desafío que tu cuerpo y tu mente va a agradecer.
Cultivando la conciencia plena en verano
El slow living comienza con la práctica de la conciencia plena o mindfulness. En el verano, esto se traduce en apreciar los pequeños detalles: el sonido del viento entre los árboles, el aroma de las flores en pleno florecimiento y la sensación del sol en la piel.
Tomarse un momento para observar y saborear estos aspectos de la naturaleza puede ser rejuvenecedor.
6 no-planes para para un verano slowliving
Picnics relajados en la naturaleza: En lugar de llevar a cabo comidas rápidas en casa, opta por preparar un picnic y disfrutarlo en un parque cercano. Sin que sea un día especial y sin preparar mil cosas “por si acaso”. Saborear cada bocado rodeado de la naturaleza puede hacer que el tiempo se detenga por un momento.
Desconexión digital: Aprovecha la oportunidad para desconectar de las pantallas y las redes sociales. Establece días o momentos específicos en los que te comprometas a apagar los dispositivos y sumergirte en actividades offline, como leer un libro, hacer manualidades o simplemente relajarte en una hamaca.
Exploración local: Dedica tiempo a explorar los tesoros ocultos de tu zona. Una buena forma de hacerlo es contratar los servicios de una profesional del turismo, como por ejemplo Inés González de «VENTE A CALEYAR» , guía oficial de turismo del Principado de Asturias con una larga trayectoria dentro del panorama turístico en la región. También puedes visitar mercados de agricultores, camina por senderos naturales o explora pequeñas tiendas y cafeterías locales. El enfoque en las experiencias locales puede abrirte a nuevas conexiones y descubrimientos.
El termino staycation (como un híbrido entre la idea de quedarse y la idea de marcharse de vacaciones) que empieza a ser ya bastante utilizado nos invita a ser turistas en nuestra propia ciudad. A descubrir sitios donde los pasos de nuestra rutina habitual no nos llevan.
Tiempo de ocio creativo: En lugar de llenar tu horario con actividades agotadoras, reserva tiempo para actividades creativas y relajantes. Pintar, escribir, tocar música o practicar la jardinería pueden ser formas maravillosas de expresión y relajación.
La idea es llegar al final de nuestras vacaciones sin que nuestro cuerpo necesite otras vacaciones para recuperarse
Puestas de sol contemplativas: Las puestas de sol son una invitación a la reflexión y al agradecimiento. Encuentra un lugar tranquilo para ver el sol descender lentamente en el horizonte y contempla el regalo que ha sido ese día.
Practicar el «no hacer»: Aprende a disfrutar de la inactividad sin sentirte culpable. A veces, permitirte simplemente existir en el momento presente puede ser liberador y rejuvenecedor.
Respira, siente el ritmo de la vida, sin dejarte llevar por las prisas y las ganas de emplear tu tiempo en algo. Disfrútalo.
El verano es la temporada perfecta para empezar a pasar nuestros dias en un ritmo de slow living y redescubrir el poder de la tranquilidad en un mundo agitado.
Al adoptar un enfoque más consciente y deliberado para vivir, podemos encontrar una sensación renovada de conexión con nosotros mismos, los demás y el entorno que nos rodea.
A medida que nos sumergimos en los días cálidos y soleados, recordemos que cada momento tiene un valor intrínseco y que la vida merece ser saboreada a un ritmo tranquilo.
Además, asi, cuando llegue el otoño el hábito estará implantado y nos podremos llevar esa calma y alegría del día a día a nuestra rutina.