Volver a la rutina: 6 Consejos de yoga para un regreso equilibrado y en calma.

Volver a la rutina: 6 Consejos de yoga para un regreso equilibrado y en calma.

Septiembre está a la vuelta de la esquina, y con él llega el regreso a la rutina.
Tras los meses de verano, las vacaciones, los tiempos vitales más relajados, volvemos a la vorágine de un nuevo «curso». Y es que, seamos estudiantes o no, septiembre tiene aires de nuevo ciclo, de nueva etapa. Sea como sea, toca retomar los deberes diarios hasta el próximo verano, y la transición de la tumbona al escritorio puede resultar desafiante y hacer que en pocos días se haya borrado cualquier sensación de lo que fueron días de verano.

El yoga nos puede ayudar a recorrer el camino hacia la rutina de una forma más consciente, pausada y serena. A través de la práctica de asanas, pranayama y meditación podremos cuidar de nuestro equilibrio y energía en estos momentos de cambio.

1. La importancia de un regreso equilibrado

Hace años que empezamos a oír hablar de la temida «depresión postvacacional». Cada comienzo de curso hay artículos en prensa y noticias en los telediarios contándonos los síntomas que acompañan a algunas personas en su vuelta al trabajo. No nos engañemos, la inmensa mayoría preferimos estar de vacaciones que currando ocho horas al día, pero la realidad es la que es y si no nos queda otra que retomar nuestras labores, mejor hacerlo de la manera más inteligente posible. Y ésta es cuidándonos, sin forzar nuestros tiempos y organizando el regreso como si de una partida de Risk se tratara. Necesitamos una estrategia para que la vuelta a lugar de trabajo sea lo más gradual y consciente posible.

Durante esta transición, si cuidamos nuestra práctica de yoga cada día, podremos ayudar a nuestro cuerpo a conservar su equilibrio, manteniendo las manifestaciones físicas del estrés a raya. Y ese equilibrio mejorará nuestra capacidad de concentración durante esta fase de ajuste. De esta manera, podremos adaptarnos mejor a las crecientes demandas del entorno laboral.

 

2. Consejos para volver a la rutina con Yoga.

– Iniciemos el día con energía:
El comienzo del día puede marcar el resto de la jornada, así que vamos a ponerle mimo a ese momento. Para empezar, es recomendable beber un buen vaso de agua cuando nos despertamos, para poder rehidratarnos después del sueño nocturno. Una vez nos hayamos rehidratado, qué mejor que desperezar el cuerpo con una pequeña rutina de estiramientos mañaneros. En nuestro podcast encontrarás una breve secuencia a realizar en la cama, recién despertados.
Esto preparará nuestro cuerpo para afrontar el día con claridad mental y energía, mejorando nuestro rendimiento en las primeras horas del día.

– Practiquemos la respiración consciente en el trabajo:
Puede resultarnos de gran ayuda incorporar técnicas de respiración consciente durante la jornada laboral para ayudarnos a regular nuestro sistema nervioso. Esto puede ser especialmente útil en momentos de estrés o antes de reuniones importantes.
La respiración contada 4-7-8 tiene un potente efecto relajante y equilibrante para nuestro organismo. Se trata de inspirar por la nariz, de forma serena, intentando realizar una respiración profunda, diafragmática, mientras contamos mentalmente hasta 4. Retenemos con suavidad el aire en nuestros pulmones contando hasta 7 y espiramos con mucha suavidad, también por la nariz mientras seguimos contando mentalmente hasta 8, y volvemos a empezar. Después de un par de vueltas empezaremos a sentir como nuestro cuerpo se va relajando y encontrando su espacio de bienestar de nuevo.

– Un poco de meditación para el manejo del estrés:
Dentro de los deberes del día, sería interesante que pudiéramos reservar unos minutos durante la jornada para una meditación que nos permita gestionar de la mejor manera el estrés. De nuevo, en nuestro podcast, encontrarás una breve meditación de estilo mindfulness que te ayude a poner el foco en tu respiración y, desde ahí, poder apreciar el momento presente, tomando cierta distancia de las preocupaciones diarias para poder ganar claridad mental de cara a la mejor resolución de nuestras tareas.

– Estiramientos en el lugar de trabajo:
Vale que probablemente no podamos desplegar nuestra esterilla en el suelo de la oficina, encender una vela e incienso y ponernos a hacer una secuencia completa en la mitad de nuestra jornada laboral, pero siempre podemos hacer algunos estiramientos adaptados a nuestro puesto de trabajo. Realizar suaves estiramientos de nuestra espalda, levantarnos y dar cortos paseos cada cierto tiempo para activar la circulación de las piernas o movernos de manera consciente, escuchando las demandas de nuestro cuerpo en ese momento, nos ayudará a aliviar la tensión acumulada a lo largo de la jornada.

3. Adaptar la práctica a las necesidades del momento:

volver a la rutinaEs muy importante escuchar a nuestro cuerpo, abrir un espacio de atención y diálogo con él, para poder identificar sus necesidades diarias. Todo dependerá también del tipo de trabajo que desarrollemos: Si nuestro trabajo es muy activo y con un requerimiento físico alto, quizá lo que necesitemos sea una práctica suave y restaurativa al final del día. Si nuestro trabajo es muy sedentario, con una exigencia de concentración intensa e implica pasarnos horas y horas delante de un ordenador, puede que nos venga mejor reservar un momento al comienzo de la jornada para una práctica más dinámica que active nuestro cuerpo y nos permita afrontar el día con más energía. Pero no todos los días en el trabajo serán iguales, ni nos sentiremos de la misma manera. De ahí la importancia de aprender a escucharnos para poder ajustar nuestra práctica a las necesidades del momento.

4. Establecer un espacio de trabajo equilibrado:

volver a la rutinaCrear un ambiente de trabajo que nos invite a la calma y la concentración nos ayudará a desempeñar nuestras tareas de manera más sosegada y tranquila. Podemos incluir elementos que fomenten nuestro bienestar como plantas, imágenes inspiradoras o un difusor de aceites esenciales, añadiendo las fragancias que nos ayuden a sentirnos mejor.

 

5. Límites entre el tiempo profesional y el personal:

En casa, destinar un espacio para que sea nuestro rincón de yoga nos ayudará a motivarnos a practicar regularmente. Llegar a casa y establecer un ritual de yoga como punto final a la jornada laboral puede ser una manera de establecer un límite claro entre el trabajo y el tiempo personal. Acudir a tu centro de yoga favorito al cerrar el día también puede resultar una experiencia inspiradora que marque un punto y aparte con el resto del día.

6. Busca compiyoguis:

Involucrar a familiares, amigos, incluso compañeros de trabajo nos puede ayudar a mantener la motivación, creando un entorno familiar o laboral más armonioso y haciendo que la vuelta a la rutina sea más divertida y compartida.

En resumen, volver a la rutina es algo inevitable, pero está en nuestra mano tomar decisiones que nos ayuden a que todo sea más “soft landing”: intentar volver a los horarios de sueño de días laborales de forma progresiva antes de la reincorporación, refrescar los últimos trabajos realizados antes de las vacaciones, aprovechar que los días aun son largos para hacer planes que nos recuerden al verano y, como no, intentar integrar el yoga y la respiración en nuestra rutina diaria para hacernos la vida un poquito más sencilla.

¿Y tú? ¿Cómo organizas tu vuelta a la rutina? ¿Un salto a la piscina o de forma progresiva? Te leemos 🙂